Las comunidades rurales, principalmente las Zonas No Interconectadas -ZNI- en Colombia, enfrentan un panorama desafiante en la adopción de fuentes no convencionales de energía renovable, aunque también están ante una oportunidad transformadora que podría redefinir su desarrollo. Estas áreas, a menudo caracterizadas por el aislamiento geográfico y la falta de conexión a la red eléctrica nacional, se enfrentan a barreras significativas en su búsqueda de soluciones energéticas sostenibles. Entre los retos más importantes se encuentra la infraestructura limitada, que dificulta tanto la instalación como el mantenimiento de sistemas de manera sostenible. Esta limitación se combina con la falta de financiamiento adecuado, lo que restringe la viabilidad de proyectos de energías renovables en Colombia.
Retos y problemas a enfrentar
La inversión inicial para desarrollar soluciones como paneles solares, turbinas eólicas o sistemas de biogás puede resultar inalcanzable sin mecanismos de apoyo financiero. Sin embargo, no todo se reduce a los recursos económicos. La falta de capacitación técnica en las comunidades también representa un desafío importante. En zonas rurales, el personal local pocas veces tiene el conocimiento especializado para operar y mantener estas tecnologías, lo que a menudo obliga a recurrir a expertos externos, aumentando los costos operativos y restando sostenibilidad a largo plazo.
Además de estas dificultades técnicas y financieras, las barreras culturales y sociales pueden influir en la adopción y el uso de estas nuevas tecnologías. La aceptación depende de una sensibilización adecuada y del respeto por las tradiciones y el conocimiento local, lo que implica un trabajo de educación y diálogo comunitario que permita integrar soluciones modernas en el tejido social existente.
A pesar de estos retos, la implementación de energías renovables en comunidades rurales de Colombia presenta oportunidades significativas. El acceso a una fuente constante y limpia de energía puede mejorar drásticamente la calidad de vida, permitiendo a las comunidades avanzar en áreas como la salud, la educación y la producción económica, aspectos relacionados con el cumplimiento y el logro de los ODS. La generación de empleo es otro beneficio directo, ya que los proyectos de energías renovables no solo necesitan ser instalados, sino también mantenidos y gestionados, fomentando el desarrollo de habilidades y la retención del talento local.
Políticas y casos de energías renovables en Colombia
El actual gobierno, liderado por el presidente Gustavo Petro, ha reconocido la importancia de abordar la crisis energética con una visión de transición justa. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) ha incluido la promoción de Comunidades Energéticas como un componente fundamental de su estrategia. Este enfoque permite que los ciudadanos, pequeñas y medianas empresas, y las autoridades locales trabajen juntos para desarrollar, gestionar y beneficiarse de fuentes de energía no convencionales, creando un modelo de sostenibilidad y autogestión energética (minenergia.gov.co).
Las políticas también buscan electrificar zonas rurales con tecnologías limpias, reemplazando el uso tradicional de leña por soluciones como cocinas eléctricas y sistemas de biogás, reduciendo así la deforestación y mejorando la salud de los habitantes al disminuir la exposición al humo (dnp.gov.co) en una estrategia denominada “Transición energética justa”. Este tipo de iniciativas, aunque ambiciosas, necesitan ser acompañadas de un soporte financiero y educativo continuo para que las comunidades puedan aprovechar plenamente sus beneficios.
Algunos ejemplos muestran que, aunque el camino es difícil, es posible avanzar hacia un modelo de energía más equitativo. En los años 70 se creó el proyecto de ecoaldea las Gaviotas, en Vichada, que logró implementar tecnologías de energía renovable adaptadas al entorno tropical, sirviendo de inspiración para otras regiones en cuanto a sostenibilidad y autosuficiencia (en.wikipedia.org) mostrando además que este tema no es nuevo y por lo tanto, no corresponde solamente a una moda, sino a una visión. Actualmente podemos apreciar programas como el proyecto nacional de electrificación rural, que busca beneficiar a unos 18.000 hogares en Zonas no Interconectada del país (apccolombia.gov.co).
Y, aunque existen obstáculos para la adopción de energías renovables en Colombia, el reto sigue siendo grande, pero el potencial para alcanzar un desarrollo sostenible es indiscutible. La combinación de políticas gubernamentales acertadas, la participación comunitaria y la innovación tecnológica puede allanar el camino hacia un futuro más limpio y equitativo. Con el apoyo adecuado, estas comunidades pueden superar las dificultades actuales y convertirse en modelos de sostenibilidad y resiliencia.
Autor
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Ingeniero Industrial, MSc. Desarrollo Empresarial y doctor en Desarrollo Sostenible.
- Green Talent 2014 - Ministerio de Ciencia y educación Alemán
- Climate Reality Leader
Apasionado por hacer del mundo un mejor lugar y alcanzar el desarrollo sostenible.
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